Si necesito repetirlo una y otra vez. Una y otra vez... porque no me siento una persona de 34. Una de mis politicas historicas, es que el cumpleanios se festeja. SIEMPRE. Es el unico dia durante los 364 restantes que podemos decir es Nuestro Dia. Y a mi me gusta celebrar las cosas buenas y lindas de la vida, y cumplir anios no es una excepcion. Hay gente que decide que despues de una cierta edad, generalmente los 30, no tiene sentido festejar, casi como si existiera un limite invisible. Y yo me niego a pensarla en ese modo. Mi cumpleanios no es un dia como los otros. Es MI dia y pretendo que la gente me salude, pretendo recibir mensajes, mails, besos, abrazos, tiradas de oreja y regalos. Desde chiquita ame mi cumpleanios, me levantaba emocionada, me ponia nerviosa saber si mis amigos iban a venir a mi fiestita, me emocionaban los regalos y las cartitas. Creo que esto se conecta bastante con el sentirse especial. Y a todos nos gusta sentirnos especiales de vez en cuando!
Mama siempre me ha dicho que aun desde chiquita no me fallaba ninguno y todos venian contentos a mi cumple y he prometido a mi misma que esta es una cosa que quiero mantener. Hay gente que para su cumple organiza ir a algun restaurant o pizzeria, una cosa rapidita, que requiere poco esfuerzo del punto de vista culinario y logistico, y que despues de un rato se termina. A mi me gusta festejar en mi casa, cocinar para mis invitados, soplar las velitas. Quizas es mi ninia interior que de este modo se manifiesta, quizas es mi necesidad de sentirme especial y ser el centro de la atencion (algo que no me quita el suenio durante el resto del anio). Y como siempre digo, dentro de mi convive esa ninia que ama los globos y odia los peluches con fervor, con una abuelita siciliana de esas que le dicen a los nietos "Come, come asi creces sano y fuerte" y te llenan de comida hasta que te sale por las orejas. Asi que para estos 34 prepare pizza como para un batallon de hambrientos soldados.
Y con Julia, que comparte esta filosofia, hicimos 2 tortas y ella hizo unas masitas riquisimas sin usar el horno con merengue, crema, frutillas y galletitas de chocolate. Y la gente no me fallo, como no me fallaban durante el jardin y primaria al San Patricio. La casa se lleno de amigos y en un momento la cocina (mi casa no tiene living, asi que las zonas para estar era la cocina, el pasillo, y la entrada donde habia inutilmente organizado todo con un sillon, varias sillas y una mesita... digo inutilmente porque al final es siempre la cocina el punto de encuentro!) parecia el tren Roca a las 7.30 de la matina y no nos podiamos mover!
Como la nonna siciliana que soy, creo en las tradiciones, y como festeje el 18 de mayo porque el 19 que es mi cumple tenia un casamiento, pedi encarecidamente a mis amigos (mentira los amenace sin piedad) que me saludaran despues de la medianoche. Porque no creo en las brujas pero que las hay las hay... digo, estaba bueno empezar un nuevo anio en mi vida sin elementos de mala suerte...
Asi que antes de que sonaran las doce campanadas que me convertirian en una mujer de 34 anios, me arrodille y le pedi a la vida un anio lleno de felicidad y cosas lindas y buenas. Un anio sereno con picos de alegria incalculable y pocos precipicios de tristeza o desesperacion. Pedi que la ninia que vive en mi me siga acompaniando porque ella sabe ser feliz con poco y disfrutar de las cosas simples con los ojos llenos de maravillosa. Pedi que la nonna siciliana continuara siendo parte de mi, porque solo ella es capaz de hacer sentir a todos como en casa, de llenar una cocina de risas y hacer cosas lindas con poco. Le pedi a la vida salud para poder proseguir este viaje maravillosamente raro que es la vida, y lo mismo pedi para mis seres queridos. Ya que estaba en venas de pedir, y como era mi dia especial podia exagerar, le pedi que no me faltaran nunca los amigos- cercanos y lejanos- que hacen que el viaje se llene de anecdotas, y le pedi que me mandara un companiero especial con quien poder compartirlo.Y fuimos felices las tres: esta mujer de 34 anios que decide ver siempre el vaso lleno, la nenita que sonrie cuando recibe una tirada de orejas, y la abuelita siciliana que se enorgullece cuando escucha que la gente la paso bien y que las pizzas hechas con sus manos eran lo masssss. Ninguna de las tres sabe lo que nos deparara la vida, pero eso si, estamos convencidas de una cosa: queremos seguir festejando nuestro dia especial SIEMPRE!