Durante el mes de mayo vinieron a visitarnos El Tio Mario, alias el Conde Capurro, la tia Su, alias la esposa del Conde, y la prima Agus. Era la primera visita que recibiamos despues de haber mandado Mercedes de vuelta embarazada, sorpresivamente (de su novio, no de un tanito!)... Llegaron a Italia el 15/5 y estuvieron pateando Roma con Mama Rosita y Papa Ruben. El reencuentro en Genova se produjo en el Banano, bar en el Porto Antico con una emocion indescriptible. Nos chusmeteamos todo, sentados a la vera del mar mientras disfrutabamos de unos refrescantes coktails. El escenario era magnifico: las luces de las cruceras que partian, el mar y el faro que brillaba in the distance.
Como mis padres tenian todavia la casa en Arenzano, se quedaban a dormir alli para disfrutar un poco de un lugar muy especial.
Yo me pedi dos dias en el laburo para poder recorrer un poco con ellos. Tuvieron la fortuna de poder asistir a un evento deportivo sin precedentes. Un evento que por su alto nivel sera recordado por siempre. El CUS Genova, equipo de hockey en el que juegan las Hermanitas Cusano (o sea Julia y yo) disputaban el ultimo partido del campeonato. Las rivales eran 11 escapadas de un neuropsiquiatrico contra quienes habiamos perdido, no solo la rueda anterior sino tambien nuestra capitana por una lesion en la rodilla. Iba a correr sangre! Los arbitros eran tan nefastos como siempre, el mas sorete y la menos capacitada.... Ok, se respira profundamente y que Dios nos ampare! Nos morfamos 2 goles, nos anularon 1 y cuando el empate parecia ser el resultado sucedio una tragedia. Nos abrocharon. A todo esto los chicos del equipo masculino le gritaban de todo a la tipa, palabras irrepetibles pero que trasmiten la bronca de perder con un gol desde afuera del area (no vale, para los que no son amantes del hockey!). Una vez que termino el partido me avalance, sudada, olorosa y fundamentalmente histerica, hacia los arbitros. Se hacian los pelotudos y me decian que ellos habian visto que la pibita habia tocado la pelota. Ademas, para calmar las aguas querian que interviniera un delegado del otro equipo... estamos jodiendo? Corte por lo sano y me fui a dar una ducha fria. Cuando sali del vestuario, vi que mi padre seguia discutiendo con los arbitros, Jesus, sera hereditario?
Para cortar el malhumor, decidimos ir a tomar un heladito a la mejor heladeria de Genova, que queda en un lugar que se llama Castelletto, desde donde se ve toda ciudad desde arriba. Ok, ahora razonamos!
El martes decidimos llevar a el Conde y flia a Recco, ciudad de la que son originarios sus antepasados. La odisea comenzo cuando, siempre el Conde, poniendo en evidencia su lado menos aristocratico, nos hizo parar en un semaforo, salio a las corridas para sacarse una foto en una carniceria que se llamaba "M. Capurro"... un quemo! Dimos una vueltita por Recco, que estaba medio fea porque estaban haciendo todas las reparaciones para el verano. De ahi fuimos para Camogli, un pueblito super turistico, pero que mantiene su esencia de ser tierra de pescadores. Una vez que logramos que Ruben estacionara su auto/lancha de ultima tecnologia, quejandose porque Andre le dejaba siempre los peores lugares para estacionar, empezamos a bajar las escaleras que nos separaban del pueblito. Nos tomamos un heladito, dimos una vuelta, sacamos fotos y partimos rumbo a la joya de la Riviera: Portofino. Una vez que logramos estacionar, en un garage cubierto (siendo concientes de que nos iban a vacunar), recorrimos un poco. Habia unos yatchs increibles. Sorpresivamente y a pesar de la crisis que atraviesa nuestro pais desde hace years, vimos un yatch con bandera argentina... ("Sera de algun politico corrupto h d p.... sic Rosita") Mi padre le pregunto al esclavo vestido de blanco que trabajaba a bordo de quien era, y la respuesta fue un silencio tremendo.
Con las piernas que nos latian del cansancio, los valientes (Rosita, que a esta altura de las vacaciones en familia habia sido bautizada La Cattiva: mala, La tia Su, la Prima Gugui, Inesita y Andre) decidieron subir la ultima escalinata que nos llevaba a la capillita de Portofino. La vista era asombrosa: solo mar azul y barcas de inmundos ricops que no vomitan como yo. El Conde Capurro, a pesar de estar dotado de calzado deportivo (medio grasun para uno de la nobleza no?) y Ruben decidieron quedarse abajo. El Conde como todos los avidos coleccionistas que se dignen, pago el cafe mas caro de la historia para poder llevar adelante su vasta coleccion de sobrecitos de azucar de los lugares que conoce. Pero esta vez se lo olvido!. Destrozados (por el cansancio algunos y uno en particular por el tragico olvido... mierda, el sobrecito de azucar!)emprendimos la reitarada, entre quejas de los exploradores por la escalera que nos separaba de nuestro destino: auto/aireacondicionado/casa!. Llegamos a genova, los Hombres de la expedicion se iban a descansar a Arenzano, mientras las chicas nos quedamos en Genova a hacer los sanguches para alimentar al batallos durante la proxima aventura: Venezia.
El tren salia a la 1.50 de la madrugada. Esta vez el clan partia al completo: Julita venia con nosotros. El Conde y Ruben habian comprado los boletos del tren con anticipacion y asi les habian reservado un compartimento todo para la Familiola. Una vez que subimos al tren sufri 2 shocks tremendos: 1) los lugares no estaban reservados, correcion: estaban reservados dos veces, una para los que efectivamente estaban alli sentados, y otra para los gilesCusano/Capurro... 2) El Conde indosaba siempre la solita chomba Polo, jeans, cinturon de carpincho y las solitas zapatillas blancas cero glamour, que iban en conjunto con una bolsa estilo chofer de la Linea 60.... y esta es la aristocracia?. Parados como unos giles, vagabamos en busqueda de un lugar donde viajar. Las opciones eran pocas: compartimento lleno de coreanos en patas (Rosita la Cattiva a las puteadas, Julita a las arcadas), compartimento con jovenes vascos que no nos querian, y al final optamos por separarnos. Yo me fui con unas suecas y una parejita de americanos. Los tios, Gugui y Rosita con un tano que simpaticamente les dijo, luego de un para de minutos de viaje: "Los dejo solos asi pueden seguir gritando". Los tios, inocentes en su ignorancia, le respondieron mil veces gracias, mientras Rosita la Cattiva, captando la vil insinuacion, cargada de odio, le lanzo con voz alta un "ma vaffanculo"... que el tipo escucho! EL terrone (dicese del tano del sur, ignorante y mugriento: esta es la explicacion que Rosita dio a su sobrina) se dio media vuelta y le lanzo un "entendi cabron"... la cattiva paso al ataque "cabrona en tal caso"... Yo sentia todo esto medio dormida en mi compartimento cargado de gente civilizada y rogando no tener que levantarme a salvarle la vida al.. terrone. El Ruben salio de su letargo para calmar las aguas mientras el Conde y su mujer seguian dandole las gracias.
A eso de las 8 de la matina llegamos a la estacion de Venezia Santa Lucia. Cansancio extremo, malhumor a flor de piel y calor en considerable aumento. Mientras desayunabamos inicio la muy famosa Dinamica vacanciera de la Familia Cusano: apurate mama, trata bien a tu madre, si estas de malhumor no es mi culpa, la conchuda de la cajera me tiro la plata, que se curta, apurate, salimos por alla, no por aca, para de gritar, no llores, etc, etc. Empezamos a caminar hasta que llegamos a Piazza San Marco. Una vez alli, como ya les conte, mi madre, Rosita la Cattiva se quedo en bombacha sentadita en un banco para ponerse los pantalones cortos, dando una imagen poco elegante e indigna de imitar. Yo me meti en la cola para entrar en la Catedral. Me siguieron el Conde y la Tia Su, mientras Julitay Gugui comian sanguches de salame fermentado por el calor y el viaje. Me cubri los hombros con un chal rojo y entre. El Conde y Su tuvieron que esperar que entrara una comitiva de japoneses, que como me veian en la puerta me saludaban pensando que era una empleada. Help! Dimos una vuelta, salimos y nos dirigimos hacia la zona del Gran Canal y el Palazzo del Doge. Fue ahi, luego de no dormir, pelaar, caminar y agotarnos que sufrimos la primera baja: El Ruben nos abandonaba. Sentado con la cabeza apoyada en la falda de Rosita la Cattiva (mas cattiva que nunca porque se tenia que quedar con el Ruben agonizante del cansancio, aunque ella lo niegue!) en un banco abajo de un arbol. Asi terminaba la experiencia Venciana, no solo para el Moribundo sino tambien para la Cattiva. El resto de los integrantes nos dirigimos a la billeteria del Palazzo del Doge (Museo de la Republica Marinara de Venezia). Y yo hablando ingles y haciendo uso de mi tarjeta de Eckerd College, vencida desde el 2001, logre que nos hicieran un poco de descuento. Entramos, sacamos fotos, vimos el Puente de los Suspiros desde adentro (recordemos que no es un lugar romantico, si no el ultimo pedazo de mugroso algo que veian los condenados a muerte) y despues de casi dos horas de caminata logramos salir. Yo que desde la terrible experiencia del vomito en barco no me subo ni en pedo a uno, les hice hacer todo el camino de regreso a la estacion a pata. Me odiaron. El malhumor crecia a medida que las flechas que senalaban la estacion se multiplicaban (como asi tambien el calor) y no llegabamos mas. Obviamente las peleas entre el Clan Cusano explotaban cada 5 segundos. A todo esto Rosita la Cattiva muda. Dio nos libre, es una bomba de tiempo. Llegamos a la estacion y nos pusimos a morfar los sanguches fermentado, cuando hay hambre no hay pan duro. El viaje en tren fue dramatico. Incomodo, sin aire acondicionado y en retardo para la combinacion en Milano. El Ruben era una furia. Julita y yo teniamos que ir a jugar un partido de futbol y nos iban a buscar a la estacion de Genova para llevarnos. El retraso era fruto de "el descubrimiento en Milano de una bomba de la Segunda Guerra sin explotar"... me esta jodiendo Signore Guardia? Nuestro tren de conexion con Genova salia a las 19.01. Llegamos a Milano a las 19.00. Con la agilidad que no me caracteriza, con los pies que me latian, las ojotas que se pegaban al cemento y la mochila que olia a Salame, sali corriendo, y haciendo slalom entre la gente al grito de "Pierdo el tren".Asi logre salvar a mi familia. Con la agitacion clasica de los 100 metros llanos.... ok, destruida casi vomitando el pulmon hice que mi primita, madre, hermana, tia, padre y tio/conde en este orden de llegada subieran al tren.
Agotada, sucia, sudada, emocionalmente destruida por el ajetreo de un dia interminable fui con mi hermana a jugar al futbol. Perdimos, como siempre. Les juro que esa noche dormi como un angel!